Por: Maya Pacheco Domínguez
Sí, así como leíste en el titulo: el regente Uruchurtu le ganó a la lucha libre femenil logrando que la vetaran por casi 30 años del entonces Distrito Federal. Pero deja te cuento cómo empezó...
Para los años 50’ ya existía un antecedente de la lucha libre en la televisión, José Agustín, en su libro Tragicomedia mexicana 1: La vida en México de 1940 a 1970, en un pequeño fragmento nos habla de esto. En 1952 la lucha libre era de gran interés en donde los viernes se transmitían las funciones de la Arena México y así se mantuvo la lucha libre y la televisión de la mano, hasta que la televisora quiso someter a las estrellas y estas no se dejaron, fue entonces que los conflictos comenzaron.
Por su parte, la lucha libre femenil fue transmitida en Televicentro por ahí de 1952, aquí ya sonaban nombres como La Dama Enmascarada, Alicia Gómez y una de las más grandes: Irma González. Lamentablemente su transmisión se detuvo en 1954 por el decreto del regente Uruchurtu, donde prohibía la trasmisión de la lucha libre en la televisión argumentando que esta era demasiado agresiva, dañaba la moral, etcétera (irónico porque no retiraron el box).
Pero el golpe más fuerte fue hacia el otro lado del cuadrilátero: el femenil. No solo se prohibió en la televisión, sino que vetaron a las mujeres del deporte en el entonces Distrito Federal debido a la campaña de decencia que trajo el regente Uruchurtu en conjunto al gobierno de Ruiz Cortines con tal de diferenciarse del gobierno de Miguel Alemán.
La primera prohibición de tener mujeres en el espectáculo se dio en una nota del periódico El Nacional en la edición del 25 de junio de 1954 en donde al mismísimo Lutteroth se le negó agregar mujeres a su espectáculo de lucha libre en la Arena Coliseo, en donde se argumentó que dicha actividad era movida por el morbo y, por el contrario, la mujer tenía que ser integrada a actividades que exaltaran su feminidad como la gimnasia, o aquellas que no amenazaran sus facultades reproductivas como ángeles-guardianas del hogar y la nación, por lo que había que exentarlas de la lucha como del boxeo.
Obviamente dentro de la imagen de la mujer en la lucha libre ellas reflejaban poder, peligrosa pero atractiva. De esto mismo se agarraron para vetarlas de las peleas a partir de 1954. Si bien hubo algunas que se quedaron a pelear su lugar, no fue hasta 1970 que la misma prensa comenzó a apoyar junto con el público el regreso de las mujeres a esas funciones.
Lamentablemente, la lucha libre femenil tardaría 30 años en regresar a la Ciudad de México. Así dejando a Uruchurtu como el ganador en esta ocasión.
Pero la lucha libre femenil no se dejaría tan fácil y tomo lugar en el cine, del cual hablaremos en otra ocasión.
Fotografía tomada de El Nacional (Archivo personal).
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