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LA ESCUELA DE LOS ANNALES

Johan Caballero

Por: Johan Caballero.


PALABRAS QUE (ESPERO) SIRVAN DE ADVERTENCIA…

A lo largo del tiempo, la escritura de la historia ha cambiado de manera significativa pero ningún cambio fue tan radical como el que se inició hace casi cien años en Francia con la fundación de la llamada “Escuela de los Annales”. En este ensayo trataré de explicar poco a poco y de manera sencilla las distintas generaciones de esta corriente historiográfica esperando que a historiadoras e historiadores en formación les sirva este recurso para comprender mejor esta corriente.

Debido al poco espacio que tengo para presentar mis ideas he omitido algunas cosas en favor de otras como las críticas principales hacia la segunda generación, la explicación detallada de los tiempos históricos de Fernand Braudel, el antecedente de la tercera generación que se halla desde Marc Bloch y Lucien Febvre, entre otras cosas más; no obstante, en un futuro no muy lejano explicaré todos estos elementos con mayor profundidad para que, así, se pueda tener una explicación sencilla de estos modelos.

Finalmente, es necesario recordar que esto es con fines de divulgación y se trata de hacer ameno y sencillo de entender pero si surgen algunas dudas más profundas sobre este tema, es recomendable la bibliografía que he utilizado para elaborar este ensayo.



ANTES DE ANNALES

Para poder comprender esta “revolución historiográfica” (Peter Burke), es necesario comprender el cómo-se-hacía-la-Historia hasta antes de Annales. Pues bien, hacia finales del siglo XIX se predicó a favor de una historia basada en acontecimientos políticos debido a que “los gobiernos europeos comenzaron a ver la historia como un medio de impulsar la unidad nacional, como medio de educación de la ciudadanía […]”.[1]

Si bien sí hubo estudiosos que se enfocaron en aspectos sociales como Jacob Burckhardt con su obra La cultura del Renacimiento en Italia (1860), Jules Michelet o Fustel de Coulanges con La ciudad antigua (1865), la realidad es que Ranke impactó en la sociedad y entre los intelectuales al elaborar y trabajar con técnicas sofisticadas en cuanto a documentación se refiere pues funcionaba mejor para la historia política relegando así a la historia social.

Hacia 1900, la historia política fue fuertemente criticada. Por ejemplo, Karl Lamprecht se opuso a la historia política (que era de individuos) para centrarse en “la historia cultural o económica, que era la historia del pueblo”.[2] Se buscó mediante la creación de la Revue de synthése historique, lanzada por Henri Berr, responder a nuevas necesidades que tenía la historia en torno a su objeto de estudio.[3]



LA PRIMERA GENERACIÓN

El cambio radical llegaría con el “Dúo de Estrasburgo”: Marc Bloch y Lucien Febvre. En la primera generación de Annales, hubo dos directores con temperamentos y períodos de estudio distintos, además que ya daban clases en la universidad de Estrasburgo manteniéndose separados por una puerta ya que los institutos de historia medieval e historia moderna estaban contiguos pero separados por una sola puerta; hay que mencionar, además, que ya eran en cierta medida conocidos debido a que ya había escrito para la Revue de synthése historique.

Tenemos por una parte a Marc Bloch (ocho años menor que Lucien Febvre), hijo de Gustave Bloch, especialista en la historia de Roma, era ya conocido por su innovador libro Los reyes taumaturgos (1924). Bloch estudió en la Ecole Normale y recibió gran influencia del fiolósofo y antropólogo francés Lucien Lévy-Bruhl y del sociólogo Emile Durkheim.

Lucien Febvre, por otra parte, ingresó a la Ecole Normale en 1897. En dicha escuela recibió gran influencia de cuatro historiadores sumamente importantes: en primer lugar, recibió la influencia del geógrafo Paul Vidal de la Blache; el filósofo y antropólogo Lucien Lévy-Bruhl; del historiador del arte Emile Mâle; y, también, del lingüista Antoine Meillet.


El 15 de enero de 1929 circuló el primer número de la revista Annales d’histoire economique et sociale y en cuya “Presentación” se decía lo siguiente:


[…] ¿Una revista más, y lo que es todavía importante, una revista de historia económica y social? Ciertamente, sabemos muy bien que nuestra revista, dentro de la producción francesa, europea y mundial, no es la primera de su tipo. Pero creemos, no obstante, que al lado de sus gloriosos ancestros ella podrá tener su propio lugar específico bajo el sol. Porque ella se inspira en esos ejemplos, pero intenta también aportar un espíritu que le es particular […].[4]


La importancia de la revista radica en tres aspectos importantes. En primer lugar, porque instauró en Francia los estudios de historia social y económica, además de que la historiografía francesa contribuyó a los estudios historiográficos mundiales. Se desplazó el centro del conocimiento histórico de Alemania a Francia, en parte también debido al ascenso de Adolf Hitler. Finalmente, fueron una férrea crítica a la historia positivista


[…] en todos los frentes teóricos, metodológicos, problemáticos e historiográficos [que] constituirá el núcleo central del excepcional proyecto crítico de los primeros Annales, que, abarcando la década de los 30, sólo se cerrará con la dura disputa y la ruptura de la primavera de 1941 […].[5]



LA SEGUNDA GENERACIÓN: LA ERA BRAUDELIANA

Durante la Segunda Guerra Mundial, Francia fue ocupada por el ejército nazi por lo que Febvre y Bloch se negaron rotundamente a interrumpir la publicación de la revista. Bloch participó en la guerra primero como el profesor que siguió dando clases en Clermont-Ferrand y Montpellier y, después, desarrollando actividades en los Movimientos Unidos de la Resistencia Francesa antinazi. Finalmente, Bloch fue torturado y fusilado por el ejército nazi el 16 de junio de 1944.

La revista de Annales continuó funcionando bajo la dirección de Lucien Febvre quien comenzó a trabajar codo a codo con un joven historiador: Fernand Braudel. Braudel había estudiado en la Sorbona, dio clases en Argelia de 1923-1932 y eligió como tema de tesis doctoral la política exterior del rey español Felipe II. Gran parte de su investigación comenzó a realizarla desde 1930 “en los archivos de las principales ciudades del Mediterráneo cristiano: Génova, Florencia, Palermo, Venecia, Marsella y Dubrovnik, donde Braudel ahorró tiempo filmando los documentos (cuando se lo permitían) con una cámara norteamericana”.[6] Sin embargo, su investigación quedó parada cuando se le llamó para dar clases en Brasil de 1935-1937.

Cuando regresó de Brasil, conoció a Lucien Febvre y este lo adoptó como su “hijo intelectual” guiándolo para darle otro giro a su tesis: El Mediterráneo y Felipe II, se daba preponderancia al mar antes que a los grupos sociales. Sin embargo, la guerra interrumpió su tesis y gracias a su prodigiosa memoria continuó escribiendo su tesis de memoria, dentro de un campo para prisioneros, en escritura manuscrita y en libretas que enviaba a Lucien Febvre.

En su tesis El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, Braudel la divide en tres partes que abarca su modelo de tres tiempos históricos: en la primera parte escribe sobre la geografía, el entorno natural y su relación con los grupos humanos ya que es un tiempo de larga duración, que tarda en transformarse y avanza de manera lenta (a este tiempo histórico también corresponde la mentalidad, pues la mentalidad de una época cambia de manera muy lenta); en la segunda parte escribe sobre las coyunturas (o tiempo de mediana duración), que corresponde al cambio gradual en los aspectos sociales, económicos y políticos; finalmente escribe sobre la historia de corta duración, esos acontecimientos que no tienen grandes repercusiones como puede ser un discurso político o una batalla.


Después de la muerte de Febvre, en 1956, la dirección de Annales quedó a cargo de Braudel así como la VI Sección de la Ecole. En 1963 se fundó bajo su calidad de “constructor de imperios” (Michel de Certeau) la Maison des Sciences de l’Homme, una organización dedicada a los estudios interdisciplinarios y que pronto se mudó junto al Centro y a la VI Sección a un edificio ubicado en el 54 del Boulevard Raspail. Durante esta segunda generación se dio una importancia fundamental a la historia económica, la historia de la cultura material, la historia cuantitativa y la demografía histórica; además, nos dice Peter Burke que


Las becas favorecían a jóvenes historiadores de otros países, como Polonia, por ejemplo, para que estudiaran en París y ayudaran luego a difundir el estilo francés de historiografía en el exterior. Braudel también aseguró que los historiadores que estudiaban el período moderno temprano, de 1500 a 1800, dispusieran de una justa participación de los recursos.[7]



LA TERCERA GENERACIÓN: HISTORIA DE LAS MENTALIDADES

En 1968, los distintos movimientos sociales ocurridos en París, México o Córdoba; las revoluciones culturales que se manifestaron en Pekín y Praga e incluso los cuestionamientos a las estructuras del poder en la escuela, la familia o el papel de la mujer impactaron en los nuevos estudios históricos.

Para 1972, Braudel dejó la presidencia de la Sexta Sección y pasó a manos de Jacques Le Goff pero esta desapareció en 1975 y Le Goff llegó a ser presidente de la reorganización de Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales. Esta nueva generación amplió sus fronteras enfocándose en temas como la niñez, la historia de los olores, la muerte, la vida privada, la historia de las mujeres, los sueños, el cuerpo, entre otros.

La tercera generación de Annales además de relegar el estudio de lo económico y lo económico social, logró que la historia saliera de la “Academia”: ejemplo de ello es la venta de 130, 000 ejemplares del Montaillou, aldea occitana, en dos años, de Emmanuel Le Roy Ladurie; otro ejemplo es cuando Braudel coordina una serie de televisión titulada “La Mediterranée” o el programa de radio de Jacques Le Goff llamado “Lundi, histoire”. En 1968 y 1969, la historia se volvió mediática debido a los medios de comunicación y se pudo ver claramente cuando (además del tiraje antes mencionado) el tiraje de los libros aumentó de manera significativa así como la gran circulación en los periódicos, la radio y los programas de televisión.

Esta tercera generación, es de suma importancia mencionarlo, incluyó por fin a mujeres. Christiane Klapisch (estudiosa de la familia Toscana durante el Medioevo y el “Renacimiento”), Ariette Farge (estudiosa del mundo social de las calles parisinas durante las Luces), Mona Ozouf (quien analizó los festivales durante la Revolución francesa) o Michèle Perrot (historia de las mujeres y del trabajo) fueron algunas de las grandes historiadoras que se sumaron. Y es que antes de ellas, la crítica feminista contra Annales por no incluir mujeres era latente.

A pesar de que Georges Duby es considerado más como un asociado a la “Escuela” de los Annales,[8] sus estudios sobre mentalidades y economía medieval tuvieron gran relevancia para los demás estudiosos del período. Además, junto con Phillipe Aries coordinó la gran serie Historia de la vida privada; mientras que junto a Michèle Perrot coordinó la monumental colección Historia de las mujeres en Occidente.


Como bien mencioné, se desvincularon del enfoque histórico que daba Braudel. En 1986 escribieron a propósito de esto que: “Su proyecto [es decir, de Braudel] había sido el de una historia global, que integraba los aportes de todas las ciencias humanas. Nosotros, en cambio, nos dedicamos a experimentaciones más locales”.[9] ¿Qué es la historia de las mentalidades en sí? Georges Duby dirá que es


el estudio de los sistemas del mundo, de las respuestas que las sociedades han dado sucesivamente a la interrogación permanente del hombre sobre el universo que lo rodea y sobre su destino […] y que […] tomara en cambio por objeto de su atención principal los mecanismos intelectuales, los sentimientos, los comportamientos de los hombres que nos precedieron.[10]


Precisamente una de las críticas que se realizará a este tipo de historia es que no tienen una definición clara de “mentalidades” y estas definiciones son distintas entre Robert Mandrou, Jacques Le Goff, Georges Duby, Phillipe Aries, Michel Vovelle, entre otros. Otra crítica es que se confunden conceptos como “mentalidad”, “cultura”, “formas de conciencia”, “imaginario” o “ideología”. Sobre esto último, por ejemplo, se dejan de lado las relaciones entre mentalidades con el conjunto de la totalidad social.

Hay varios enfoques como la “historia de las mentalidades” francesa, la “psicohistoria” inglesa o la “microhistoria” italiana. Es decir, si se abandona la historia económica es porque


la historia de las mentalidades se esforzará en cambio por ser una historia no de élites o individuos sino de los grupos colectivos, y por lo tanto de las creencias, sentimientos, opiniones e imaginario de toda una época, o del conjunto de una sociedad o de la totalidad de una cierta civilización.[11]


Una última crítica realizada contra mentalidades es que deja de lado el contexto general y no toma en cuenta muchas de las veces el contexto social general dejando de lado los cambios materiales de las sociedades pues se ha enfocado en explicarlos más desde el ámbito psicológico que otra cosa.



NOTAS

[1] Burke, Historia y Teoría social, p. 16

[2] Burke, Historia…, p. 17. [3] Dosse, La historia en migajas, p. 47.

[4]  Marc Bloch y Febvre, “A nuestros lectores”, pp. 1-2. [5] Bloch, Marc Bloch: el historiador…, p. 26.

[6] Burke, La revolución…, pp. 38-39. [7] Burke, La revolución…, p. 48.

[8] Se dice, comúnmente, que Duby no perteneció en el sentido estricto de la palabra a esta “Escuela”, sin embargo para la revista Annales E. S. C., escribió 62 artículos entre 1952 y 1980. Para más información, cfr. https://www.persee.fr/authority/247299, donde se pueden encontrar todos los artículos que Duby escribió para la revista de Annales. [9] “Fernand Braudel (1902-1985)”, en Annales E. S. C., año 41, núm. 1, ene-feb 1986

[10] Duby, “Historia de las mentalidades”, pp. 64-65.

[11] Aguirre Rojas, La “Escuela”…, p. 133.



BIBLIOGRAFÍA

Aguirre Rojas, Carlos Antonio, La “Escuela” de los Annales. Ayer, hoy, mañana, México, Contrahistorias. La otra mirada de Clío, 2005.


Bloch, Étienne, Marc Bloch: el historiador en su laboratorio. Testimonios e Interpretaciones, Colombia, Ediciones desde abajo, 2012.


Bloch, Marc, y Lucien Febvre, “A nuestros lectores”, en Annales d’histoire économique et sociale, 1 (1929), pp. 1-2.


Burke, Peter, Historia y Teoría social, México, Instituto Mora, 2000.


---------------, La revolución historiográfica francesa. La Escuela de los Annales: 1929-1989, Barcelona, Gedisa, 1999.


Dosse, François, La historia en migajas. De Annales a la “nueva historia”, México, Universidad Iberoamericana, 2006.


Duby, Georges, “Historia de las mentalidades”, en Obras selectas de Georges Duby. Presentación y compilación de Beatriz Rojas, Mexico, Fondo de Cultura Económica, 2004, pp. 44-66.



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