Por: Johan Caballero
ADVERTENCIA
ES INÚTIL TRATAR DE DEFINIR A LA EDAD MEDIA —COMO CUALQUIER PERIODO— como algo positivo o negativo pues de cada periodo hay luces y sombras. De unos años para acá, la Edad Media dejó de ser ese periodo oscuro que tanto nos habían enseñado en la escuela para comenzar a echar un vistazo a esas luces que se ven tenuemente. Sin embargo, también este rescate del Medioevo ha llevado a algunas personas a considerar ese periodo como lo mejor al punto de glorificarlo.
Claro que aquí mi intención no es hablar de la polémica de la Edad Media pero lo que sí es que pretenderé echar un vistazo al nacimiento de las universidades y cómo era la educación medieval. Como una advertencia puedo decir que tampoco hay que pensar que todas las personas podían estudiar o que el conocimiento circulaba ya que este se mantenía en los monasterios.
EL GÉNESIS DE LA EDUCACIÓN MEDIEVAL
Los maestros o intelectuales del Medioevo suponen la división del trabajo de las ciudades. Occidente solo había conocido tres modos de acceso al poder: el nacimiento, la riqueza y el sorteo. Pero con las universidades, los jóvenes nobles y burgueses fueron los estudiantes y los maestros.
“El siervo, si cultivaba la tierra, era también artesano; el noble, soldado, era también propietario, juez, administrador. Los clérigos —sobre todo los monjes— eran a menudo todas esas cosas a la vez”.[1] “Un hombre cuyo oficio es escribir o enseñar o las dos cosas a la vez, un hombre que profesionalmente tiene una actividad de profesor y de sabio, en suma un intelectual, es un hombre que solo aparece en las ciudades”.[2]
Así, poco a poco, las universidades se fundan en las ciudades. Este hecho ocurrió en el siglo XII y recibieron el nombre de studium generale —es decir, “escuela general”— que designaba “un estatuto superior y una enseñanza de tipo enciclopédico”. Debido a que aparecieron en las ciudades se
constituyeron en corporación como los demás oficios y adoptaron el término de universidad, que significaba corporación, y que apareció por primera vez en 1221 en París para designar a la comunidad de los maestros y de los estudiantes parisinos (universitas magistrorum et scolarium).[3]
LA DIFUSIÓN DE LOS LIBROS
¿Cómo llegan los libros de los antiguos al occidente? Paradójicamente, estos conocimientos en los que se basarían las universidades serían transmitidas por los “enemigos” de la Iglesia: monofisitas, nestorianos y judíos que llevaron las obras de Aristóteles, Hipócrates, Galeno, Euclides y Ptolomeo a las bibliotecas y a las escuelas musulmanas.
Las obras llegaban a España y a Sicilia y Calabria por los constantes contactos entre musulmanes y cristianos. Por ello mismo no es raro —y aquí es donde radica la gran paradoja— pensar que los cristianos de Occidente se asesoraban de españoles, judíos y musulmanes y cristianos para poder traducir aquellos textos en árabe que habían sido traducidos anteriormente del griego.
LA LUCHA POR LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA: “A UN LADO, IGLESIA”
Los universitarios son clérigos y el obispo —como jefe de las escuelas— delegó su poder en uno de sus funcionarios que recibirán el nombre de scolasticus y luego canciller. Empieza poco a poco el monopolio de los cancilleres que no quieren dejar su poder pero poco a poco comienzan estas luchas por la autonomía.
Las universidades adoptan escudos y estatutos que definen su organización; esto, además, señala que “la enseñanza ya no está sujeta a la autoridad del obispo y depende únicamente de la corporación de los maestros, que define sus normas”.[4] “Los universitarios tienen sus privilegios corporativos: autonomía jurisdiccional (el juicio de los universitarios implicados en un delito o un crimen depende del rector, cabeza de la universidad), derecho de huelga y de secesión”.[5]
En 1213, por ejemplo, en París, el canciller pierde la licencia para enseñar y este derecho pasa a los profesores de la universidad. Cuando estalla la huelga de 1229-1231, la universidad quedó sustraída a la jurisdicción episcopal; y en Oxford el canciller deja de ser funcionario del obispo para convertirse en un funcionario de la universidad.
LA ORGANIZACIÓN UNIVERSITARIA
La universidad de París se compone de cuatro facultades: Artes, Derecho/Derecho Canónico, Medicina y Teología. Decreto, Medicina y Teología son llamadas “facultades superiores” dirigidas por regentes como un decano a la cabeza. La facultad de Artes se divide en cuatro naciones —es decir, sus estudiantes y profesores se agrupan de acuerdo a su lugar de origen. París tiene cuatro naciones: inglesa, picarda, francesa y normanda— y cada nación es dirigida por un procurador, elegido por los regentes.
La enseñanza básica —Artes— duraba seis años y sus estudiantes oscilaban entre los 14 y los 20 años de edad. Esto se hacía en dos etapas: 1) el bachillerato duraba dos años; 2) el doctorado se hacía al terminar los estudios. Medicina y Derecho se estudiaba entre los 20 y los 25 años. Mientras que “Los estatutos parisienses de 1215 exigen cursar ocho años en la facultad de teología y una edad mínima de treinta y cinco años para obtener el doctorado”.[6]
Mencioné anteriormente que las lecturas de los antiguos se difundieron por la Península Ibérica, como obras de Platón, Ptolomeo o Hipócrates; pero había más. A diferencia de las escuelas monásticas y episcopales que surgieron antes y que ocupaban la Biblia como base, estas universidades usaban los siguientes libros: “el Decreto de Graciano y sus suplementos en la facultad de decreto, las Pandectas y el Código en la facultad de derecho civil, una compilación de textos de Hipócrates y Galeno en la facultad de medicina, los Libros de sentencias de Pedro Lombardo y la Historia escolástica de Pierre le Mangeur en la facultad de teología (...)”.[7]
Otro elemento más que se añade a esta educación universitaria es la de la lectura comentada para comentar las lecturas interpretándolas aplicando los métodos de razonamiento lógico basados en los tratados de Aristóteles. Es así que se produce el razonamiento escolástico realizado en cuatro pasos:
el primero es la lectura de un texto (lectio), etapa que se atrofia con rapidez hasta el punto de desaparecer; el segundo es el planteamiento (quaestio) de un problema que en su origen se había planteado en la lectura; la discusión de ese tema (disputatio) constituye el cogollo del proceso, el paso esencial del tercer momento, y por último viene la solución (determinatio), que es una decisión intelectual.[8]
Las corporaciones universitarias se organizaron de acuerdo a dos modelos: el parisino y el boloñés. “En el modelo parisino, maestros y estudiantes formaban una sola y misma comunidad. En el modelo boloñés, solamente los estudiantes formaban jurídicamente la universitas. El modelo parisino es el único que llegó hasta nosotros”.[9] En París los maestros son los que dirigen la escuela; en cambio en Bolonia no forman parte de la misma corporación pues los maestros se agrupan en el colegio de doctores, mientras que los estudiantes dirigen la escuela.
COMENTARIOS FINALES
Como hemos visto a lo largo de este recorrido intelectual, las universidades medievales no surgieron de la noche a la mañana pues este proceso requirió de un largo tiempo para poder establecerse, organizar sus estatutos y separarse del poder de la Iglesia. Ahora bien, esto último no quiere decir que hubiera un laicismo extremo o que rompieran con la Iglesia pues —si lograron seguirme— la religión siguió presente a lo largo de los programas universitarios.
Algo notorio es que en el campo de la enseñanza hubieron muchos cambios como el uso del libro, el uso de los antiguos, la formación de sistemas de enseñanza que incluían cada vez más un cuestionamiento a la verdad de la Iglesia —repito, es necesario hacerlo: esto no quiere decir que el ateísmo estuviera presente pero sí implicó otras maneras de aprehender la realidad— y a sus métodos. Otra cosa más por señalar es que las artes del trivium tuvieron una gran importancia para poder comunicar la palabra verdadera y es por eso que muchos doctores de la Iglesia eran hábiles con la retórica.
Una cosa más: la educación era larga —muy larga, diría yo— y es por eso mismo que la educación aún podía considerarse un privilegio y las universidades estaban pobladas por una élite intelectual y social. ¿Cómo sobrevivían estos estudiantes y los profesores a los que ya nos hemos referido? ¿Cómo subsistían?
Aula medieval, siglo XIII
NOTAS
[1] Jacques Le Goff, Los intelectuales en la Edad Media (España: Gedisa, 2008), p. 27.
[2] Ibid., p. 28.
[3] Jacques Le Goff, ¿Nació Europa en la Edad Media? (México: Paidós, 1999), p. 224.
[4] Jérôme Baschet, La civilización feudal. Europa del año mil a la colonización de América. Prefacio de Jacques Le Goff (México: FCE, 2018), p. 228. [5] Jacques Le Goff, La Baja Edad Media (México: Siglo XXI, 1974), p. 246. [6] Idem.
[7] Ibid., p. 248.
[8] Ibid., p. 247.
[9] Jacques Le Goff, ¿Nació Europa en la Edad Media?, op. cit., p. 224.
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