Por: Johan Caballero
A MANERA DE INTRODUCCIÓN…
La conquista y expansión del Islam sobre la Península Ibérica sigue generando controversia sobre este proceso ya que el nacionalismo español no admite con mucha generosidad este proceso histórico. No obstante, la expansión musulmana tuvo un impacto cultural y científico a lo largo de los siglos siguientes en ámbitos como la medicina, los libros, los conocimientos, la tecnología, la arquitectura, entre otros.
Por ello mismo me propongo primero explicar de qué manera la historiografía nacionalista española ha escrito sobre este periodo de dominación, posteriormente haré un breve recuento del proceso de conquista y expansión musulmana sobre este territorio, casi para concluir mencionaré estos intercambios y aportaciones culturales que realizaron los musulmanes sobre Europa.
EL DEBATE HISTORIOGRÁFICO
Hablar de este proceso de dominación resulta complejo ya que el nacionalismo español impacta sobre la historiografía del periodo. Esto ocurre en realidad después de la persecución y eliminación —así como expulsión— de judíos y musulmanes llevadas a cabo por los Reyes Católicos y pretendió una negación. Una “negación de un pasado, de una presencia, de una cultura, que a pesar de todo, influyó en la vida social, política, religiosa e intelectual de España".[1]
Por ejemplo, en el libro Los árabes nunca conquistaron España (1969), del historiador español Ignacio Olagüe, a este no se le hace concebible que los árabes hubieran podido conquistar un imperio que se extendía por más de 9 000 kilómetros. Para el historiador norteamericano Norman Roth la conquista no se realizó por los “verdaderos árabes” [sic] pues estos no estaban acostumbrados a viajar más allá de los límites de su país y no les interesarían lugares alejados como Iraq, Siria o España.
Sean por los motivos políticos o nacionalistas que sean, la realidad es que aún este proceso de conquista y ocupación que duró alrededor de siete siglos sigue generando polémica entre los españoles y demás historiadores. Pero lo anterior es así, incluso este impacto fue notorio durante el proceso de conquista de los distintos territorios americanos en los siglos XV y XVI.
EL GÉNESIS Y EXPANSIÓN DEL ISLAM
Cuando el profeta Mahoma se ve obligado a abandonar la Meca, en el 622, surge el Islam y comenzó a lo largo de los siglos venideros una expansión a lo largo del Mediterráneo poniendo en jaque a distintos reinos europeos. Tras la muerte de Mahoma se llevó a cabo la unificación de Arabia (632) y la conquista de Siria y Palestina bajo un ejército de aproximadamente 40 000 hombres.
La conquista de “España” no se puede entender sin tener en cuenta la expansión musulmana en el norte de África. Egipto fue ocupada entre los años 640 y 642, y tan solo 30 años después fundaban en Túnez la ciudad de Cairuán logrando convertir al Islam a un buen número de bereberes. A lo que siguió la conquista de Pakistán y de África del norte. Es incluso más que estas conquistas pues el califa Abd al-Malik construyó la mezquita de la Cúpula de la Roca en Jerusalén, encima del antiguo Templo Judío y del Santo Sepulcro.
Otro elemento que favoreció la expansión del Islam es que, después de que los califas omeyas adoptaron Damasco como capital estableciendo así un imperio islámico estable (661-750), se apoyaron sobre las élites locales y dejaron atrás el pasado romano imponiendo así el árabe como única lengua escrita y acuñando su propia moneda. Herni Pirenne nos dice al respecto que este que
no pretenden convertir a sus súbditos. Pero quieren hacerles obedecer al dios único, Alá, y a su profeta Mahoma y, puesto que éste era árabe, a Arabia. Su religión universal es al mismo tiempo nacional. Son los servidores de Dios [...] Lo que se proponen no es, como se ha dicho, su conversión, sino su sujeción.[2]
LA CONQUISTA Y OCUPACIÓN DE ESPAÑA
Como hemos visto, los musulmanes adquirieron gran poder rápidamente por lo que el Estrecho de Gibraltar no estaría a salvo por mucho tiempo. Hacia el 694, el rey Egica acusa a los judíos de conspirar con los musulmanes. Hacia el 710 el hijo de Vitiza, Akhila, desposeído por Rodrigo por lo que huye a Marruecos donde pide ayuda a los musulmanes. En el 711 un ejército de 7 000 hombres, dirigidos por Tarik, cruza el estrecho y vence a Rodrigo por lo que hacia el 712 un ejército de refuerzo le ayuda a tomar el resto del país. Para el 713, finalmente, Muza “proclama en la capital de Toledo la soberanía del califa de Damasco”.[3]
Después de esta conquista y ocupación, llegaron árabes y bereberes para así afianzar la dominación de la Península mediante la toma de vías de comunicación y el establecimiento de guarniciones en puntos clave como Sevilla, Córdoba, Toledo, Calatayud y Zaragoza.
Aquí cabe preguntarnos cómo cambió la sociedad y de qué manera se reflejó el impacto de esta conquista sobre la población ya asentada. Este contacto entre musulmanes y los hispanogodos “se realizó, según los casos, de una de las tres maneras posibles: el enfrentamiento militar, la capitujación [sic] o el pacto”.[4] La capitulación y el pacto fueron la manera más generalizada pues para los musulmanes era necesario tener hombres que realizaran trabajos. Además se debe añadir un hecho importante: la doctrina islámica no consideraba a los idólatras y los paganos de la misma manera que lo hacía el cristianismo.
EL IMPACTO DE LA EXPANSIÓN MUSULMANA SOBRE EUROPA
La conquista y expansión del Islam a través de la Península Ibérica impactó el comercio y la cultura no solo de esta misma región sino de la propia Europa. Respecto a esto Jérôme Baschet nos dice que “Como en las otras ciudades musulmanas [...], se despliegan, alrededor de imponentes mezquitas, el lujo y el refinamiento de una alta cultura, uno de cuyos ejemplos con más posibilidades de impresionar a los occidentales es la Alhambra de Granada”.[5] El impacto no solo se realiza en la arquitectura sino en la medicina, los materiales, los conocimientos científicos, entre otros.
Lo primero que debemos decir es que la cultura griega antigua impactó sobre los conocimientos árabes y esto es visible cuando se da cuenta de la difusión de libros entre los siglos XII y XIII a través del Occidente medieval. ¿Cómo llegan los libros de los antiguos al occidente? Paradójicamente, estos conocimientos en los que se basarían las universidades serían transmitidas por los “enemigos” de la Iglesia: monofisitas, nestorianos y judíos que llevaron las obras de Aristóteles, Hipócrates, Galeno, Euclides y Ptolomeo a las bibliotecas y a las escuelas musulmanas.
Las obras llegaban a España y a Sicilia y Calabria por los constantes contactos entre musulmanes y cristianos. Por ello mismo no es raro —y aquí es donde radica la gran paradoja— pensar que los cristianos de Occidente se asesoraban de españoles, judíos y musulmanes y cristianos para poder traducir aquellos textos en árabe que habían sido traducidos anteriormente del griego.[6] A Aristóteles lo entienden en el Occidente gracias a los árabes y los comentarios de estos a los libros, pero realizados en latín.
La difusión de estos libros de los escritores antiguos tuvo una gran repercusión sobre el Occidente medieval ya que con la creación de las universidades —en los siglos XII y XIII— estos libros serían usados en las mismas.
“Más que los préstamos artísticos, limitados a elementos parciales integrados en una producción propiamente cristiana, las aportaciones técnicas revisten una importancia notable”.[7] Como ejemplos de estos préstamos se puede mencionar la implantación del gusano de seda en España bajo los omeyas, la adaptación de cultivos como los cítricos o la caña de azúcar. El papel, la cerámica esmaltada, el juego de ajedrez (de origen oriental) e incluso la medicina árabe se pudo difundir gracias a las traducciones latinas de obras árabes.
No todo fue un impacto positivo pues también hubo una disminución del pergamino en la Galia pues no hubo un comercio entre España y Francia. De hecho el primer país mantuvo una prosperidad comercial y sus ciudades costeras mantuvieron una prosperidad mayor como fue en la ciudad de Almería y su gran cantidad de hospederías. Aunque, eso sí, la “única importación de la Galia que se puede comprobar allí es la de los esclavos, llevados por los piratas, sin duda, y también por los judíos de Verdún”.[8]
¿Y DESPUÉS DE GRANADA QUÉ…?
A mediados del siglo XIII, la Península Ibérica estaba conformada por tres reinos cristianos: Castilla, Aragón y Portugal. Mientras tanto, los musulmanes se encerraron en el reino de Granada, “de donde será expulsado poco después de las unión de Castilla y Aragón, mediante el matrimonio de Isabel y de Fernando, en 1469”.[9] Y así, el proceso de Reconquista se llevó a cabo mediante una serie de campañas militares realizadas entre los siglos XI y XIII que culminaron en 1492 cuando fue tomado el reino de Granada. En este sentido, “Zaragoza cae en 1118, Córdoba en 1236, Valencia en 1238, [y] Sevilla en 1248 [...]”.[10]
Esta Reconquista implicó, claro, que llegaran “Castilla y el cristianismo puros, intactos, prístinos a conquistar, evangelizar y civilizar, negando de paso, también a ese otro infiel y escribiéndole su propia historia, con su lengua, con su visión y religiosidad occidental”.[11] A estos descendientes de musulmanes españoles convertidos al cristianismo en el 1501, en Castilla, y en 1526, en Aragón, se les llamó “moriscos”. Por ejemplo, los “moros” de Granada fueron convertidos en 1499 por orden del Gobierno.
Además de estas conversiones —que, dicho sea de paso, muchas se realizaron a la fuerza y en muchas de ellas no estuvo involucrado el gobierno ni la Iglesia sino los señores españoles— se procuraron otro tipo de medidas como la de realizar un censo de “moros” en 1589. Había un temor a estos moriscos ya que debido a las constantes incursiones inglesas en Sevilla o Valencia, se llegó a pensar que los moriscos apoyarían a los asaltantes.
“Es la presencia del enemigo dentro de casa lo que preocupa a la política española y va a pesar sobre ella”.[12] Este temor orilló al rey a proponer medidas violentas al Consejo, como obligar a los moriscos a trabajar en galeras pagándoles sueldo para así evitar su procreación, separar a los niños de sus familias y confiarlos a los señores españoles o a los clérigos, enviar a los moriscos al campo e incluso ejecutar a los más peligrosos.
NOTAS
[1] Hilda Iparraguirre, “La historia española de la Reconquista y la Conquista de América”, en Medievalidades I, editado por Gumersindo Vera Cabrera y José Pantoja Reyes (México: INAH/ENAH, 2004), p. 24.
[2] Henri Pirenne, Mahoma y Carlomagno (Madrid: Alianza Universidad, 2003), p. 124.
[3] Ibid., p. 128. [4] José Ángel García de Cortázar, Historia de España 2. La época medieval, serie dirigida por Miguel Artola (Madrid: Alianza Editorial, 1988), p. 63.
[5] Jérôme Baschet, La civilización feudal. Europa del año mil a la colonización de América. Prefacio de Jacques Le Goff (México: FCE, 2018), p. 85.
[6] Cfr. Le Goff, Jacques. Los intelectuales en la Edad Media. Barcelona: Gedisa, 2008.
[7] Jérôme Baschet, op. cit., p. 85.
[8] Herni Pirenne, op. cit., p. 201.
[9] Jérôme Baschet, op. cit., p. 94.
[10] Fernand Braudel, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II. Tomo segundo (México: FCE, 2018), p. 176.
[11] Hilda Iparraguirre, op. cit., p. 27.
[12] Fernand Braudel, op. cit., p. 189.
FUENTES DE CONSULTA
Baschet, Jérôme. La civilización feudal. Europa del año mil a la colonización de América. Prefacio de Jacques Le Goff. México: Fondo de Cultura Económica, 2018.
Braudel, Fernand. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la Época de Felipe II. Segundo tomo. México: Fondo de Cultura Económica, 2018.
García de Cortázar, José Ángel. Historia de España 2. La época medieval, serie Historia de España dirigida por Miguel Artola. Madrid: Alianza Editorial, 1988.
Iparraguirre, Hilda. “La historia española de la Reconquista y la Conquista de América”. En Medievalidades I, editado por Gumersindo Vera Cabrera y José Pantoja Reyes, pp. 22-28. México: INAH/ENAH, 2004.
Le Goff, Jacques. Los intelectuales en la Edad Media. Barcelona: Gedisa, 2008.
Pirenne, Herni. Mahoma y Carlomagno. Madrid: Alianza Universidad, 2003.
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